Con auspicio de la ONU, la ONG presenta espectáculos que pretenden «mejorar la situación emocional de la infancia que padece las consecuencias de conflictos armados, guerras o catástrofes naturales»

Texto Jesús Saavedra

Chilpancingo, 31 de marzo de 2024.- A través de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR por sus siglas en inglés) la misión Payasos Sin Fronteras (PSF) se presentará por primera ocasión en Chilpancingo y las instalaciones de la escuela normal rural de Ayotzinapa este martes y jueves, con el lema «Ayuda humanitaria desde las artes escénicas».
PSF inicia una gira por México a partir de este lunes primero al 15 de abril, auspiciado por la ACNUR en un momento delicado en todo el país por el clima de violencia que ha dejado miles de muertos y desplazamientos forzados.
El martes a las 11:30 de la mañana PSF se va a presentar de manera gratuita en la Alameda «Granados Maldonado» de Chilpancingo, invitó el Centro de Derechos Humanos de Víctimas de la Violencia «Minerva Bello».
El jueves a las 11 de la mañana PSF se va a presentar de manera gratuita en la explanada de la normal rural de Ayotzinapa en Tixtla, informó el Comité Estudiantil de esa institución.
La misión de PSF «consiste en mejorar la situación emocional de la infancia que padece las consecuencias de conflictos armados, guerras o catástrofes naturales; mediante espectáculos cómicos realizados por payasos y payasas profesionales voluntarios», informó su página oficial en internet.
Señala que apoya «emocionalmente a la población afectada por conflictos o catástrofes. La acción humanitaria precisa siempre de un componente de apoyo psicológico y emocional, no sólo individual sino colectivo. Para la población afectada es importante verse reír, verse unos a otros riendo, es una señal de permanencia y de resistencia ante la adversidad que fortalece los procesos de resiliencia».
Agrega que se «trata de un tipo de acción en el que se interactúa con los niños y niñas, en el que se establece un contacto totalmente horizontal con los beneficiarios, en el cual los artistas se muestran a pie de tierra en pleno esfuerzo por arrancar risas al público. Damos importancia a lo inocente, al juego, al humor blanco. En lugares castigados por la guerra las acciones de Payasos aportan una visión inocente y sin malicia, que es imprescindible para dejar una puerta abierta a la esperanza».
Y que potencia «un espacio transgeneracional. En los espectáculos en general siempre se encuentran adultos y pequeños, y eso posibilita que se genere un canal de comunicación que normalmente en estos contextos, permanece ahogado. Los padres ven a sus hijos reír y en algunos casos el efecto que eso causa en los adultos es más potente que el que causa en los mismos niños. Regalamos lo inmaterial. Siempre hemos evitado que nuestros espectáculos o acciones se mezclen con donaciones materiales porque en lo que realmente consiste nuestro trabajo es en materializar la empatía, y en demostrar que sabemos que las personas que sufren guerras o catástrofes naturales necesitan ser reconocidas como iguales, como personas que sufren emocionalmente, y que no únicamente precisan de la materialidad para recuperarse».
«Tendemos puentes entre pueblos enfrentados. Ya sea trabajando en una misma gira con ambas poblaciones o incluso juntando niños y niñas de comunidades en conflicto, nuestra actitud equipara a la infancia ante los adultos enfrentados. El hecho de ver que lo mismo que hacemos para albaneses lo hacemos para serbios, o lo mismo con palestinos que con israelíes, se convierte en un mensaje de aproximación», añade.
En esta lógica, mediante sus actividades, «rescatamos o dotamos de significado al lugar de encuentro entre pequeños y mayores, al lugar de juego, de distracción inocente para todos. La mujer es protagonista. En todos nuestros espectáculos participan mujeres, payasas, acróbatas, malabaristas, y eso al tiempo que genera un mensaje que aporta un equilibrio que rescata a las mujeres, también redescubre en las niñas el humor femenino y su simbólico. No todo se puede decir desde la comicidad masculina, las mujeres también tienen su propia risa».
Subraya que ofrece a través de «la risa contra el dolor de la guerra. Mediante talleres de juegos de payasos y payasas ayudamos a personas que han sufrido traumas graves relacionados con la guerra. Les abrimos una puerta a fijar su atención en algo nuevo y positivo con el fin de descargar obsesiones. Nosotros no nos definimos como terapeutas pero las organizaciones con las que trabajamos valoran nuestro trabajo como terapia».

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