Texto: Juan Blanco

Chilpancingo, Gro., 16 de mayo de 2021.- Luego de que el viernes pasado biólogos y ambientalistas de Guerrero solicitaron a las candidatas y los candidatos a la alcaldía de Chilpancingo incluir en su agenda electoral el tema ambiental ante los serios problemas que enfrenta este municipio en esta materia, hasta este momento sólo una se ha «comprometido» con ello.

Se trata de la contendiente de Morena, Norma Otilia Hernández Martínez, quien, en una gira este día por comunidades de la zona serrana, ofreció incorporar una agenda ambiental en su gobierno para promover la preservación y cuidado de las riquezas naturales con que cuenta la capital.

En ese mismo sentido, adelantó ante habitantes que se creará una red de viveros forestales para contar con semillas originarias, las cuales serán utilizadas para reforestar Chilpancingo, y se comprometió rescatar áreas verdes.

No obstante, la diputada local con licencia no dio a conocer cuáles van a ser las estrategias para enfrentar la tala inmoderada de recursos maderables que se vive justamente en esa zona.

Por ejemplo, ejidatarios desplazados de Chautipan han denunciado en reiteradas ocasiones que el aprovechamiento forestal legal e ilegal inició desde el año 2000, lo que ha dejado como saldo alrededor de 70 mil metros cuadrados de superficie deforestada.

Dijeron que tan sólo del 2017 -año en el que la Semarnat otorgó a una empresa el permiso 132SGPARNS.UARRN.0782/2017 para la explotación de la madera- hasta el 2020 sumaban más de 40 mil metros cuadrados deforestados, pese a que lo autorizado sólo era de 21 mil.

Acusaron que cada vez que era explotado el ejido de Chautipan, el comisario recibía «varios millones de pesos, más aparte lo que sacan de contrabando, que la verdad es más».

También advirtieron que esta actividad estaba dejando severos daños ambientales, al grado de que los mantos acuíferos, barrancos y arroyos se estaban quedando sin agua durante la cuaresma, cuyo líquido de uno de estos era utilizado para abastecer a familias de la capital.

«Ahí en el pueblo, en tiempos de secas, los 400 pobladores ya no tiene ni agua para ellos, y si la autoridad no hace nada van a acabar hasta con el agua que llega a Chilpancingo, incluso, hasta el agua que baja por gravedad de Omiltemi se va a secar si no le paran a la tala inmoderada», advirtieron en ese entonces.

Los ejidatarios, quienes radican en Chilpancingo por el peligro que corren al oponerse a las decisiones del comisariado ejidal apoyado supuestamente por un grupo delictivo, reiteraron en esa fecha su exigencia a la Semarnat de suspender el permiso de aprovechamiento forestal maderable que le otorgó a dicha empresa, pero ante la falta de información oficial se desconoce si finalmente lo hicieron.

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