El colectivo con sede en Acatlán ha mostrado problemáticas como la instalación de mineras extranjeras y sus daños, la represión hacía defensores del territorio y los presos políticos
Texto Luis Daniel Nava
Chilpancingo, 20 de mayo de 2025.- La productora de cine comunitario Ojo de Tigre, con sede en el pueblo nahua de Acatlán, en el municipio de Chilapa, cumplió 20 años de contar historias de organización, lucha y resistencia de los pueblos de Guerrero.
En las pantallas han plasmado desde rituales hasta despojos de recursos naturales, daños al medio ambiente, organización de la seguridad de los pueblos y la violencia en las comunidades que los ha autocensurado.
“Es mucho más complejo, hay un contexto de muchísima violencia y represión en nuestros territorios”, expresó el coordinador José Luis Matías Alonso.
Pese a los obstáculos su trabajo ha transcendido a otras poblaciones, otras entidades, países de Latinoamérica y Europa donde han sido reconocidos.
Este 6 de mayo, la productora Ojo de Tigre, Comunicación Comunitaria, cumplió 20 años de contar historias de las comunidades de Guerrero y Morelos desde el lenguaje audiovisual. Al propósito, el fundador José Luis Matías, dijo que el proyecto surgió como una necesidad de autorrepresentación de los pueblos indígenas y para ejercer el derecho a la comunicación.
“Se había hecho cine desde otra mirada, folklorizando los pueblos, pero nos formamos para hacer cine documental con temática de los pueblos indígenas y campesinos”.
Su antecedente, dijo, fue la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZNL) desde 1996, cuando se dieron a conocer derechos de los pueblos en Los Acuerdos de San Andrés Larraínzar, para fortalecer la cultura, pensamiento, cultura y lengua.

Antes de Ojo de Tigre en 1999, Matías Alonso ya documentaba historias en video.
Con las herramientas e insumos proporcionadas en talleres, en el 2005 junto a creadores de Zitlala decidieron ocupar el cine de forma más estructurada como herramienta para visibilizar los pueblos.
Los talentos de Zitlala Gilberto Casarrubias, Bernardo Alejo y Félix Pérez Brigido, fueron formados como parte del proyecto del Instituto Nacional Indigenista (INI) intitulado “La formación de videastas y cineastas. Proyecto de transferencia de medios audiovisuales a comunidades y organizaciones indígenas”.
Otros iniciadores fueron la antropóloga Rosalba Díaz y el creador de la Montaña, Daniel Campos, además de documentalistas mixes, zapotecos y hopis de Arizona, Estados Unidos.
Entre los obstáculos, expresó, es que el Estado no cumple con su responsabilidad de fomentar y ayudar con el trabajo de todos los creadores la entidad.
“Al Estado no le interesa la cultura en general y menos la de los pueblos indígenas.
“De los pueblos sólo ocupan su lengua, su vestimenta y su arte en tiempo de elecciones y para presumir en el extranjero que tienen cultura”, pero nunca le han apostado a estas iniciativas”.
En su peregrinar, dijo, buscaron crear un centro de capacitación cinematográfica de pueblos indígenas que hasta la fecha no existe en la entidad.
“Ha sido un proyecto que lo hemos sostenido nosotros. No le apuestan porque es un trabajo social y política”.
En sus trabajos han mostrado problemáticas que existen en Guerrero como la instalación de mineras extranjeras y sus daños, la represión hacía defensores del territorio, de presos políticos y de organización comunitaria.
“Son temas fuertes. Por ejemplo, contar la historia del primer municipio basado en usos y costumbres de Ayutla. Toda la maquinaria del PRI en ese municipio se viene para abajo”.
Contra la violencia y el despojo
A consideración de integrantes de Ojo de Tigre, otros documentales importantes han sido “Atzatzilistli, (Petición de lluvia)”, hablado en lengua Náhuatl, que narra parte de la historia de la ceremonia del ruego del agua en la comunidad nahua de Acatlán.
“A cielo Abierto”, que cuenta una historia de resistencia, plantón y negociación con las mineras canadienses instaladas en la comunidad de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri.
Este cortometraje que cuenta la historia de una minera -que está a punto de irse después de dejar por 20 años un ambiente deteriorado- fue mostrada en el Festival de Cine de Morelia.
“El Mineral o la vida”, que narra la historia de organización, lucha y resistencia de los pueblos de la Montaña alta de Guerrero que no permitieron instalar mineras a cielo abierto.

Este trabajo fue exhibido en Barcelona, España.
Otro trabajo sobresaliente fue Nixxí (Bastón de mando), hablado en lengua Me´phaa (tlapaneco), que cuenta parte de la vida ceremonial para el cambio de autoridades bajo el sistema de usos y costumbres.
Además, Voces del agua, cortometraje acerca de la defensa del río Suljja por parte de pobladores amuzgos quienes fundaron los Pueblos Originarios para la Defensa del Ecosistema y sus Reservas (PODER).
«Poder pal pueblo» muestra la organización de comunidades mestizas y afromexicana de la Costa Chica y Montaña del estado de Guerrero para conformar un Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana, ante la ola de violencia e inseguridad que padecían.
Abriendo Brecha: un gobierno del pueblo y para el pueblo, que retrata la organización de pueblos de Ayutla de los Libres para instituir un gobierno basado en sus sistemas normativos propios, conocido como usos y costumbres.
“Huexca en Resistencia: 10 años de lucha”, homenaje a un pueblo nahua de Morelos que se enfrenta al despojo del megaproyecto hidroeléctrico Plan Integral Morelos (PIM) impulsado por el estado mexicano y empresas españolas que le costó la vida al defensor Samir Soberanis.
“Es importante que los propios pueblos tengan sus propios medios y métodos de contar historias, grabar y se documentar desde nuestra mirada”.
A propósito de sus 20 años el colectivo tendrá una reunión estatal con productores y colaboradores de todas las regiones para diseñar un plan de acción más fuerte a cinco años.
-En este contexto de violencia, ¿hay condiciones para realizar cine en las comunidades? -se le planteó al productor José Luis Matías.
-Se nos complica. Es mucho más complejo, en un contexto de muchísima violencia y represión en nuestros territorios. Dos trabajos hemos cancelado porque comprometen a los defensores y luchadores de la tierra y los derechos. Es más difícil y complicado, pero donde se pueda vamos a seguir difundiendo desde Ojo de Tigre. Tomando más precauciones vamos a seguir porque es una responsabilidad.
