Cortejo fúnebre fue acompañado por policías comunitarios de la CRAC y cuatro integrantes del CECOP machete en alto
Texto y fotografías: Luis Daniel Nava
Acapulco, 27 de abril de 2025.- El son fúnebre de la banda Papagayo se entrelazó con los rezos y el sonido de filosos machetes chocando. «¡Viva Marco!, ¡Fuera la presa La Parota!, ¡Fuera las gravilleras!», algunas de las consignas que salieron de las gargantas de ejidatarios de bienes comunales de Cacahuatepec.
Fue el último adiós a Marco Antonio Suástegui Muñoz, líder del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la presa la Parota (CECOP). El «Guerrero Yope», como lo llamaron sus paisanos, fue despedido la mañana este domingo en su tierra Cacahuatepec, en la zona rural de Acapulco.
El cortejo fúnebre salió de la casa familiar, se dirigió a la iglesia y de ahí hacía el panteón por las calles de tierra. Fue acompañado por miembros de la policía comunitaria de la CRAC y encabezado por cuatro integrantes del CECOP , machete en alto.
Fue despedido con lágrimas, aplausos y consigas.
Abel Barrera Hernández, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, recordó que Suástegui Muñoz fue a la ONU a denunciar la pretensión de instalar la presa hidroeléctrica por parte de la Comisión Federal de Electricidad.
Con su lucha contra el proyecto de la presa consiguió cinco resoluciones de tribunales federales agrarios que dictaminaron conservar sus tierras.
«¡Acá te venimos a honrar, a reconocer tu memoria. Te mataron porque quieren que el pueblo viva de rodillas. Vamos a seguir tu ejemplo», dijo.
El exgobernador Rogelio Ortega Martinez presumió que intervino para liberar a Suástegui Muñoz del penal federal de Nayarit tras ser aprehendido en junio de 2014 acusado de robo por un empresario. La liberación se dió un año y dos meses después. También llegaron activistas.
Al ataúd le fue puesto un pañuelo rojo, similar al que el extinto dirigente usaba durante sus marchas. La gaveta fue cubierta por decenas de varas de madera.
